El mirador

Los meses de julio y agosto son especialmente calurosos. Aún así, las primeras horas de la mañana resultan ideales para, con palo en mano, darse un buen paseo hasta el mirador. Mi ruta preferida pasa por subir en dirección a la Ermita, desviándome justo en el camino que sale a mano izquierda antes de que la pendiente final aparezca. Para volver, cada día cambio de ruta. Es difícil hacer este camino en solitario, ya que son muchos los que tienen la misma idea. Suelo tardar, a paso normal, sobre una hora en llegar. Pero merece la pena. Las vistas, el silencio  y el aire fresco de la mañana justifican el esfuerzo.

Otra razón para ir al Mirador es la espectacularidad de las puestas de Sol, especialmente si el día está nublado. Un filtro de densidad neutra graduado y el resultado será espectacular.

Las fotos que se muestran a continuación han sido tomadas en diferentes espacios de la ruta hacia el mirador. Cada día descubro algo nuevo, bien sea una planta, flor, piedra o composición que merecen una foto.

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Campo y cielo

Paisaje típico de la primavera manchega, en abril de 2017. Datos técnicos: CANON 70D, f/9.0, 1/1000 s, ISO 200, 18 mm, cámara en mano.