La Ermita

Icono de Pozoamargo, la Ermita  es, sin duda, su imagen más característica. Disfrutar de la puesta de Sol, o recibir el aire fresco a primera hora de la mañana, son experiencias gratificantes. Desde el cerro, llamado de la Cabezuela, las vistas hacia la llanura manchega son un regalo.

Pero la Ermita no es solo paisajes. La nave tiene también interés. Antes de entrar, y a modo de recibimiento,  encontramos una antigua rosa de los vientos, que nos recuerda la orientación este-oeste de las antiguas iglesias de la cristiandad. Ya dentro, la pila resulta interesante. Y el camarín de la Virgen de la Cabeza, pintado por Arnaldo Jareño Alarcón a mediados del siglo XX, nos devuelve a la época del Greco.   

En lo alto del cerro

Camino de la Ermita. Ya queda poco para llegar.





  Al atardecer

El Sol ilumina las nubes justo antes del crepúsculo.

 

 

 

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Campo y cielo

Paisaje típico de la primavera manchega, en abril de 2017. Datos técnicos: CANON 70D, f/9.0, 1/1000 s, ISO 200, 18 mm, cámara en mano.